Impactar y atraer a un cliente cada vez es más complicado. Día a día, los estímulos con los que competimos en un mercado cada vez más saturado nos llevan a la conclusión de que cualquier herramienta que sea capaz de diferenciarnos se convierte en una ventaja. La realidad virtual es una de ellas y no solo de puertas para fuera de nuestra empresa, también con nuestros propios empleados. Antes de empezar a valorarla, vamos a dejar claro qué es realidad virtual o VR y sus diferencias con la aumentada y mixta.

La realidad virtual es totalmente inmersiva y genera mundos que no existen. Para entrar en esos mundos se necesitan unas gafas o cascos virtuales a los que se pueden añadir trajes especiales que ayuden a que la interacción del usuario con ese entorno sea aún más real.

La realidad aumentada se explica con dos palabras: Pokemon GO. A través de un dispositivo tecnológico puedes añadir elementos virtuales a un mundo real. No hace falta que vayas corriendo detrás de Pikachu para poder aprovecharte de este avance. De hecho, sus aplicaciones en empresas también son muy variadas y generan un engagement muy alto entre todos aquellos que se acercan a ellas (añadir muebles a tu salón, pintar las paredes de los colores más insospechados…). Nada dio más armas para ganar esa discusión con tu pareja que pensaba que en vuestro salón nunca encajaría un guardarropa rústico (y, una vez más, tú tenías razón).

La realidad mixta o híbrida es una combinación de ambas. El mejor ejemplo son las HoloLens de Microsoft, unas gafas con las que se pueden mantener reuniones en vivo con cualquiera sin necesidad de que esté en nuestra misma ubicación.

Las tres son fascinantes y tienen aplicaciones en el mundo empresarial. Hoy, vamos a centrarnos en la realidad virtual y el uso que se le pueden dar en negocios como el tuyo.

Sector inmobiliario.

Alquilar piso en ciudades como Madrid se está volviendo imposible. Y no solo por su precio, sino por los tiempos. Es complicado adaptarse a los horarios de visita y, cuando por fin puedes verlo, ya está alquilado. La solución puede ser dejar de esperar para dar ese paseo por las estancias que serán tu futuro hogar y echarles un vistazo virtualmente. Así puedes entender mejor los espacios, la altura de los techos y todas sus posibilidades. Y sin esperar tu turno.

Hostelería.

Hacer B2B y captar clientes potenciales es más sencillo cuando pueden conocer de primera mano tus instalaciones, las salas de reuniones, las zonas comunes disponibles o las áreas de descanso. Ese tipo de clientes -empresas- que te buscan en el ámbito profesional toman decisiones de alta implicación en las que toda información es bien recibida y la realidad virtual es una clara aceleradora de esa compra.

Cultura.

Conciertos, festivales, museos… Acercarte a tus artistas favoritos de una forma nueva, que te haga sentir su arte como si lo estuvieras compartiendo con ellos es, sin duda, uno de los usos que más conexión crean con una marca. Museos como el Guggenheim ya están utilizando realidad virtual para acercar sus exposiciones a todo el que esté interesado, esté donde esté y sea la hora que sea. Alguien que cuida así a sus posibles clientes no los pierde de manera física, consigue que tengan más ganas de vivir la experiencia real en cuanto sea posible.

Viajes.

En un entorno tan competitivo, poder contar con herramientas aceleradoras de compra es un arma muy potente para convertir en venta cualquier interactuación con tus clientes potenciales.

Virgin Holidays es uno de los casos de éxito más reconocidos. Durante la campaña de invierno las colas en sus establecimientos se volvían interminables, por lo que la gente acababa desistiendo y se marchaba sin hablar con los dependientes. Para mantener a la gente en la tienda utilizaron gafas de realidad virtual que les transportaba al maravilloso mundo virtual de Riviera Maya. Los resultados en las 50 tiendas de Gran Bretaña fueron espectaculares: consiguieron incrementar las ventas un 60%, las de Riviera Maya un 84% con un retorno de inversión de 46 euros por cada euro invertido. Ni qué decir tiene que este ROI no se ve todos los días (ni años).

Aplicaciones de realidad virtual en B2E.

Está claro que tus clientes y clientes potenciales pueden sacarle partido a todas las innovaciones que tengan que ver con la realidad virtual, pero ¿y tus empleados? ¿Tiene utilidad para ellos? Las tiene y están llenas de ventajas.

En formación.

Imagínate una empresa que se dedica a la investigación en una zona remota del mundo; o que tiene que comprender un producto muy complejo que todavía no se ha desarrollado o no está en las mismas instalaciones en las que está el trabajador. Con unas gafas de realidad virtual será capaz de sumergirse en la situación y aprender de ella sin costes -entre otros- de desplazamiento.

En fases de producción.

Testar un producto, comprobar su usabilidad o la forma de interactuar de los usuarios en la fase de producción supone un ahorro tanto en coste como en tiempo impensable hace unos años. Transversal a cualquier sector y utilizable por cualquier empresa que quiera sacarle partido a esta tecnología.

Prevención de riesgos laborales.

A veces nos enfrentamos a situaciones complicadas. El trabajo en una fábrica, con normas de seguridad específicas, es una de ellas. Estar preparado para cualquier situación, conocer los lugares de evacuación y cómo hacerlo es una de esas formaciones obligatorias que ahora se pueden realizar de una manera mucho más sencilla, las veces que haga falta y testando un número de casuísticas prácticamente ilimitado.

¿Puede permitírselo tu compañía?

En contra de lo que se pueda pensar, la realidad virtual no requiere de presupuestos desorbitados solo asequibles para las grandes compañías. Es una inversión apta para todo tipo de empresas que ayuda a ahorrar tiempo y dinero y mejora el engagement de consumidores y empleados. ¿Estás preparado para que tus usuarios vivan la experiencia de sus vidas?