Cada uno de nosotros en algún momento del día recibimos mensajes que nos muestran la importancia de la tecnología en nuestra vida cotidiana y cómo esta cambiara en un futuro.  Esto a según quien le puede suponer cierta desazón, ya que estamos sometidos a una gran cantidad de canales de información y por tanto muy expuestos a ellos.

La evolución constante de la tecnología

En consecuencia, lo primero es naturalizar la palabra tecnología: se trata de una herramienta, por muy sofisticada que esta sea; la clave está en interiorizar que a media que cambia la herramienta evoluciona todo lo demás.

Si partimos de la óptica generalista, la mayoría de nosotros contamos con un dispositivo móvil gracias al cual podemos hacer tareas cotidianas y tareas de ocio. Esta barrera ya ha desaparecido, hacer una foto o una transferencia desde el móvil forma parte de nuestra vida. Es cierto que hay una parte de la sociedad a la que este cambio le ha llegado tarde o bien va demasiado deprisa, porque esta es otra de las claves a manejar: la tecnología no solo cambia si no que cambia muy deprisa.

Los cambios tecnológicos en el ámbito empresarial

Y desde el punto de vista empresarial, ¿cómo nos afecta todo esto? Pues de la misma manera: la tecnología evoluciona y nosotros tenemos que ser capaces de adecuar nuestro día a día al nuevo CÓMO, mantenido firme el timón del QUÉ. Para ello toda empresa debe marcarse líneas de acción concretas:

El ecosistema tecnológico de las empresas

Con planteamientos sencillos como estos, es posible crear en la empresa un ecosistema de herramientas que ponga a la compañía en un nivel diferencial y abordar una adaptación natural.

Por ejemplo, hoy en día un sistema ERP o CRM resultan totalmente comunes en una empresa, frente a lo que sucedía hace diez o quince años, pero sin embargo no lo es tanto, disponer de procesos automatizados que permitan la automatización de dichos procesos, de manera desatendida, sin invertir en costosas integraciones.

También es posible contar con cuadros de mando operativos que sustituyan a informes planos de los que se desarrollaban a medida o complementar con otras herramientas especificas nuestras nuevas necesidades, porque nuestro negocio ha evolucionado, sin tener que crear sistemas de conexión específicos.

La adopción tecnológica para conectar y reducir distancias

Por tanto, la verdadera distancia que nos separa entre el día a día y la tecnología es la forma en que abordamos su adopción. Podemos ignorarla y mantener lo que nos ha funcionado, aunque muy probablemente deje de servirnos en un futuro quizás no muy lejano o, alinearnos con la tecnología, conociéndola y entendiéndola sin miedo ni complejos, teniendo claro que no es una cuestión de freaks sino por el contrario, es un tema que nos afecta a todos. La tecnología por sí misma no hace nada, pero sí permite la evolución de las reglas del juego y por tanto hay que estar muy cerca de ella:

¿Integro las pasarelas de pago en mi ERP? ¿Pueden trabajar mi ERP y mi CRM sincronizados?¿ Puedo validar los gastos de los empleados desde la Tablet? ¿Tengo en tiempo real un email con la relación de facturas vencidas en cierta moneda?¿ Puedo consultar los ratios de la empresa desde mi móvil?…..y sin ello ¿Qué gano o pierdo? Es más, si no lo tuvieses ¿Qué dejaría de cambiar en la empresa?

Todas estas preguntas se resuelven con tecnología, y con una reflexión inicial: ¿qué me falta para lograrlo? Una pregunta que estamos preparados para ayudarte a responder. La repuesta a la auténtica distancia.